Se trata de Julio Aro y Geoffrey Cardozo, quienes recibieron la nominación por haber trabajado juntos para la identificación de excombatientes argentinos muertos en el conflicto de 1982 y enterrados en el archipiélago austral.
Aro expresó en Mar del Plata, de donde es oriundo, que está «muy emocionado» por la nominación. «Ya tenemos un premio Nobel que nos da paz: el abrazo y agradecimiento de las madres y las familias», señaló.
El excombatiente argentino empezó a impulsar la tarea de identificación de sus camaradas muertos y enterrados en Malvinas después de visitar el cementerio de Darwin, donde vio que casi la mitad de las tumbas estaban identificadas con la leyenda «soldado argentino solo conocido por Dios».
Entonces comenzó a reunirse con veteranos de guerra británicos y conoció a Cardozo, el soldado inglés que había recogido los cadáveres de los argentinos y proporcionó información que fue central para la identificación.